En la cueva de mi propio corazón me refugio del tormento de mi mente.
Soy allí anacoreta, peregrino y mendigo.
Me arrodillo ante mi creador latente, venzo el orgullo y la soberbia del ego. Agradezco la soledad de mi cueva y allí en pleno encuentro conmigo mismo, se abren las puertas del infinito.
Queriedo estar solo, no lo estoy, buscando mi identidad me disuelvo, dejo de ser quien creía y me absorve la energia divina totalmente.
Cierro los ojos y soy sol y luna, soy el grito de la jauría, soy el susurro del viento, trueno junto al rayo y me estrello siendo uno con la tierra.
Soy esa marejada de humanos que caminan sin sentido de norte a sud, de este a oeste, de arriba hacia abajo.
Soy esa roca que golpea contra el agua y soy la salpicadura del agua al ser golpeada por la roca.
Soy todo y soy nada
YO, que solo quería estar SOLO
(Azucena)
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