Paraiso

Paraíso, y el agua cae como agujas de plata, se desvanece  sobre su igual, en los torrentes del cielo, no hay jardín que no la adore ni flor que no ame su sagrado vínculo.
Paraíso, y en la arena el dibujo de sus montañas, y las cuevas donde amanece cada rayo de la vieja estepa, y se emocionan aquellos que las vieron y aún las recuerdan y en sus canoas levantan la barbilla de los dioses, fueron sangre y tierra sobre los lienzos de las rocas.
Paraíso, y el fuego nunca se lamenta de su fuerza, él, que nace de la nada y consume lo que se le da, no es tormenta ni es la calma del que lo mira, es el espíritu de los moradores, es la magia de lo improbable , es la consecuencia del nacimiento.
Paraíso,  y en sus cumbres los espejos brillan como aquellas almas que subieron sobre sus propias entrañas,  y el aire pestañea en su semblante, guardianes pacientes, testigos mudos ofrecen su historia a quien la quiera cantar, son sus laudes los siglos, son sus heraldos los desvanecimiento del tiempo, y son su mirada la lejanía.
Paraíso, y en su milagro los cielos que descansan sobre las nubes, las estrellas cantan en su levedad, y las ventiscas son de prados verdes y raíces profundas, bajo su capa es generosa su sabiduría y de su piel quien no yace enamorado no es galán de su estela. Cómo se lame sus heridas cada madrugada, entre el hielo y la escarcha, como se se habla entre sus brumas donde ni el ciego es ciego ni el cuerdo es cuerdo.
Que alma olvida su frecuencia, que vacío es el que no se llena, de pruebas esta lleno este juicio, y de sentencias la playa y su arena, y cada ola trae la sal, y el río siempre es mar y el mar siempre es océano, y el océano siempre es vida.
Cuál fue la huella  que  quedó grabada, ¿acaso se hicieron piedra?, ¿Quizás el hierro lo guardaría?, ¿Qué cofre le hará honor?.
Los ojos son profundos donde se pierde la marisma nublada, son puertas que guardan bajo su cristal la verdad que aguarda, y su escalera aguanta los opacos tormentosos, porque, ¿que rayo no ilumina cualquier noche aunque sea un instante sólo?.
Fran Rubio Varela©Febrero 2019.

Poeta de la nada.

Queriendo escapar me encontré de la mano de la nada,
y me descubrí siendo poeta del silencio,
servidor de su tinta invisible,
hilando sentimientos que tejieron mis universos.

Y de la nada surgieron mis mareas y sus océanos,
nacieron mis cumbres borrascosas y la nieve destellante.
En el tobogán de cada palabra mi estómago
daba vuelcos de ojos entornados,
y la nada fue la pirueta del bailarín entregado a una amor que quería crecer.
Cuanto público hubiera amado soñar su baile,
pero su baile eran palabras de uno mismo,
regueros de locura heridos de sensibilidad,
amores que siempre callan y guerreros de paz.
No lamento ser lo que soy, Mi único lamento es haberme desconocido tanto.
Y yo que era adorador del tiempo, y ahora el tiempo descabalga de su esfera en medio de mi nada.
Cuantos besos de silencio perdí en el bullicio de mi ceguera, y ahora que soy medio tuerto encuentro su aroma
y la saliva de su esencia.

Quise conocer todas las verdades y ninguna conocí
hasta ser corazón de su heraldo,
y cuanto amor llevaba mi nombre,
y cuanta ternura nacía en el olvido de mi mente.
Pero ahora ya soy nada desnuda
y soy el llanto de la primavera
y soy humilde porque soy nada.
Cuan grande y necesario fue la caída a mis infiernos,
porque no hay alas que en el cielo se tejan,
ni hay verdad que no nazca del fango,
y ahora doy cada vez más amor
y ahora soy cada vez más pequeño.
Todo ello lo aprendí de donde nace el
el relicario de toda oración,
y miro al mundo y me parece bello
y miro a un niño y me parece prodigioso.
Cuanto milagro me despierta con cada sol
y la rosa que con su espina se mece
no descubre su belleza si no se marchita
y vuelve a ser nada porque lo es todo.

Fran Rubio Varela ©Febrero 2019.

El concepto.

El concepto de Dios no es algo que se pueda limitar a una sola creencia o religión, es algo mucho más completo que la limitación de nuestro entendímiento…Es lo que trató de decirte…qué Universo…Dios…son sólo la configuración de la palabra para tratar de expresar la existencia de un todo mucho más superior e equilibrado del cual se generó la vida y la existencia. Y dentro de esa existencia está la conciencia de ser en sus diferentes estadios de desarrollo y conciencia, ya sea espiritual o conceptual…Pero al final es la conjunción de un maravilloso equilibrio en el cual la energía es el modo vehicular de la expresión, y bueno para mi, su máxima expresión es el amor en toda su magnificencia, sin ningún tipo de limitaciones.
Las religiones establecidas como tal y además con esas normas tan rígidas, no dejan de ser un amaestramiento humano, y por lo tanto limitado por intereses y dogmas… Para mi la conciencia y el sentido común es la llave que abre lo espiritual, y si abres esa puerta has de ser capaz de hacerlo abierto a todo lo que va a conllevar. Una vez esa puerta se ha abierto no pueden existir excusas, porque es sentir de dentro hacia fuera, donde las conjeturas ya no son necesarias, si no más bien un lastre que se ha de ir desgranando y vaciando en la comprensión de ti mismo y lo que se es y lo que sientes que eres que no es lo mismo en absoluto.
Fran Rubio Varela © Enero 2019.

De Soles, Lunas, Amaneceres y Crepusculos..

Amé como muchos y lloré como tantos
las espinas clavadas en la carne.
Recé a los vientos y a las tempestades
una calma pasajera,
un buen puerto con un piano,
un oasis perfecto…
Pero como en cualquier desierto
la arena quema y desgarra,
la sal escuece las heridas,
y el alma se curte en cicatrices.
No lamento mi destino
de gato sobre el tejado,
no huyo bajo la lluvia
las canciones de lamentos.
Que soy ya viejo
poeta desdentado,
gris por no decir negro,
de raídas telas viejas
y botas desvencijadas
por piedras repetidas.
El camino torcido
que elegí caminando,
no fue tan malo
ahora ya que desde el final lo miro.
Con esta mirada ya aprendida
del que miró siempre sin querer ver.
Y que es la vida de un pasajero,
en este tren de lo infinito?.
Acaso importa tanto un destino?.
De reyes y reinas con su orgullo vencido,
vagabundos y damas valientes con su piel ya ajada,
éste vagón va lleno
y este poeta lo escribe
con palabras gastadas y escritas.
Y nada es nuevo y nada es viejo,
lo decente puede ser indecente,
y lo digno, como puede lo digno nadar en el barro…
Y el orgullo, éste siempre muere en su altanería.
De soles, lunas, amaneceres y crepusculos,
han vestido los días
que hacia mi han venido.
Y ahora sólo quiero
la misericordia de los cielos,
porque el amargor de esta boca
ya no tiene saliba que lo apiade.
Y soy en la cuenta
que sólo la palabra vuela
hasta donde nace el niño,
y sólo ella despide al muerto.

Fran Rubio Varela © derechos registrados. Octubre 2018.

La oscura contraposición. parte novena

  1. Aparentemente estaban en lo que parecía una gruta inmensa y un tenue olor a humedad lo llenaba todo. Pero aún podían sentir en su espalda el calor de las llamas con las que la bestia un poco mas y los abrasa, Alanis respiraba con dificultad y ya no por la carrera que se había dado hasta la puerta, seguía sin ver absolutamente nada, pero por completo satisfecho por haber conseguido encontrar la puerta y cruzarla a pesar de su estado.

    – Lo hemos conseguido niña, estamos dentro, ella aquí no puede entrar, por lo menos no por el momento.

    – Donde estamos Alanis? que es este lugar?, parece una cueva sin mas, y esta muy oscura, ni siquiera yo puedo ver más allá de unos metros.-

    -Asi es niña, es una cueva muy especial, ahora lo veras. Dame la cajita que te di para abrir la puerta, te lo mostrare…-

    La niña se la dio de inmediato y Alanis aún sin ver la cogió manejándola con una maestría poco común, en sus manos la caja cambio adoptando diferentes formas geometricas, la niña miraba con atención la cajita, pero era incapaz de seguirle los movimientos y mucho menos de memorizarlos , la cajita volvió a su forma primigenea haciendo un clic un poco mas sonoro que los demas y Alanis se la entrego de nuevo.

    -Niña, ábrela y veras la cueva.-

    -Solo he de abrirla?.-

    -Si, sólo ábrela sin mas y ella hará todo lo demas, será un espectáculo maravilloso.-

    Saiara suspiró cerrando con brevedad sus ojos y la abrio!!.

    De imediato la caja estalló en un torbellino de luces, muchas más de las que habia visto hasta ese momento, con una velocidad trepidante se extendieron por toda la gruta que resulto estar llena de columnas de cristal que sostenían una multitud de cúpulas tambien de un ornamentado y refinado cristal, las lucecitas crearon una miríada de reflejos que iluminarón la fantastica e increible sala, pero cuando Saiara pensó que no podía admirarse mayor belleza, los pilares de cristal comenzaron a moverse merced a una danza con una armonia tal que podría mistificar cualquier alma. Todo estaba ocurriendo acompañado de una suave musiquilla de flauta, muy parecida a la que escuchó en la puerta que la llevó hasta ese mundo. Los pilares estuvieron deslizándose y agrupandose por espacio de un cuarto de hora en los cuales los ojos de la niña siguieron disfrutando de tan magna belleza.
    La musiquilla cesó y los pilares detuvieron su movimiento y aquel palacio de cristal habia cambiado en su extremo opuesto se había abierto una obertura tambien de cristal que se perdía en una lejanía imposible de discernir y en su comienzo se emplazaban una especie de cápsulas que flotaban de la misma manera que las casas donde conoció a Alanis pero con la salvedad de que
    éstas eran al igual que todo alli, de cristal.
    -Que es este lugar Alanis?.-

    – Esto es una terminal de viajes niña, todo este mundo esta comunicado subterraneamente por medio de estos túneles de cristal, es un medio seguro y muy rapido de viajar, y las distancias se recortan considerablemente, Antes a medida que nacía cada creación, este mundo tambien crecía y una pequeña parte de los elementales se destinaba a la creación de los cristales, y te aseguro que estos no son cristales cualquiera…-

    – Se nota, yo desde luego no había visto nada igual ni similar, que clase de cristales son?

    Alanis si la hubiera podido mirar la hubiera mirado con asombro, ante sus palabras.

    – Realmente no es cristal aunque lo parezca…es materia de vida creada por los elementales y son por completo energia, de verdad niña no recuerdas nada?, por lo que yo sé tu mundo está creado todo de el, pero uno mucho mas luminoso, este cristal esta vivo por si mismo son creados por elementales nacidos del mismisimo gran sol.
    Y vuestras alas… vuestras alas tambien son de purísima luz de cristal.-
    Ahora la que lo miraba asombrada era la dulce niña, porque ella jamás había tenido atisbo de semejante ilusión o recuerdo. Ella sólo recordaba su pueblito y su casita que estaba alejada al final de la ultima callejula, un poco más allá, bajo el Sauce que daba paso al arroyo. Solo se acordaba de su dulce abuela a la que tanto había querido, ni siquiera conoció a sus padres que fallecieron ambos al poco de haber nacido ella misma o eso le había hablado tantas veces su abuela, y a la siempre amable y enigmática Anabel, a la que ahora por cierto le recordaba Alanis al verlo ciego, seguramente por causa de ella misma. Este pensamiento la hizo darse cuenta en ese justo momento que los ojos de Alanis lucían exactamente igual que los de Anabel, con ese preciso tono blanquecino y un escalofrío repentino recorrió todo su cuerpo.

    – Alanis, yo no recuerdo nada de todo esto…yo ni siquiera se ya quien soy, yo…
    sólo quería ser normal, tan sólo una niña normal-. dijo la niña mientras su emoción se tornaba en lagrimas.

    – No niña, tu eres todo menos normal, eres una de las criaturas más excepcional de toda la creación, hasta ahora creí que eras una Tejedora de sueños mas, pero sospecho que eres mucho mas que eso, sabes? cuando casi nos atrapa esa horrible criatura sentí algo extraño, no se como, ni explicarlo, pero sentí que ella te temía, y un bicho como ese no puede tener miedo a nadie normal, no niña…tú has de ser excepcional y muy especial, sólo espero que el anciano pueda ver algo mas allá de lo que yo puedo intuir, pronto estarás frente a el.-

    Alanis désde que la explosión de luz lo había cegado no había podido volver a ver y empezó a temer que tal vez no volviera a hacerlo nunca mas, pero una cosa curiosa estaba empezando a sucederle, una serie de escalofríos recorrían su cuerpo y cuando ocurría, ante él se presentaban imágenes inconexas y sin significado aparente, que venían como flashes, imágenes que desaparecían casi de inmediato sin darle tiempo apenas de discernirlas, tal vez tambien el viejo supiera explicarle que le estaba ocurriendo.

    – Ahora niña hemos de acercarnos a las lanzaderas y entrar en ellas, queda un extenso recorrido hasta el templo de dispensación, pero casi ni te enteraras, montaremos en uno doble y tendrás que ayudarme a integrar el código de viaje, sin mi vista podría equivocarme e ir a parar a un sitio por completo diferente, pero no te apures, no te será complicado.-
    Se acercaron a los vehículos, y al estar ante ellos se abrieron de forma automática en completo silencio, Saiara por mas que miraba dentro de ellos no veía la forma de acomodarse dentro, estaban por completo vacíos y se le antojaba demasiado pequeños para sus cuerpos y mucho menos como para acogerlos a ambos, iba a hablarle a Alanis , pero en ese preciso instante fue él quien se dirigió a ella.

    -Niña, por favor ayúdame a entrar, tan solo has de colocarme frente a la lanzadera justo en su mismo centro, y tu luego haces lo mismo que yo.-

    Alanis trato de sonreirle para tranquilizarla, aunque en su sonrisa se notaba el dolor que aún sentía después de la paliza que había recibido. La niña hizo justo aquello que le había pedido sintiendo aún curiosidad de como se iban a meter los dos alli dentro.

    -Alanis, ya está, estas justo en el centro.-

    -Perfecto niña, fíjate y haz lo mismo que yo.-

    Alanis dio un paso hacia adelante y para sorpresa de Saiara fue el vehículo el que envolvió a Alanis creciendo para acomodarlo en su interior como si fuera un guante, Alanis quedo recostado en su interior.
    – Ahora tú niña!-
    Saiara se coloco de igual manera en el centro de la burbuja y dio un pasito para adelante, inmediatamente el cristal la envolvió con una suavidad impresionante , creciendo y acomodandola junto a Alanis en su misma posición, descubrió que se sentía especialmente cómoda y a gusto allí dentro. Frente a ellos apareció saliendo de la pared del habitáculo una bandejita con una serie de teclas que variaban en forma y color que parpadeaban .

    – Ves el panel con las teclas niña?- pregunto Alanis.

    -Si, lo tenemos justo delante, lleno de lucecitas…- respondió la joven.

    – Estupendo!!!, veras… yo te iré diciendo formas y colores, y tu las pulsas, antes de pulsar la siguiente tecla, has de asegurarte que la lucecita deje de parpadear y la figura se traslade a la parte superior del panel, comprendes?-
    Alanis trataba de mirarla pero no acertaba a dirigir su mirada hacia ella con certeza, en su corazón sentía una gran pena por ello, al fin y al cabo ella era quien lo había cegado y eso la torturaba por dentro.

    – Si- respondió- lo tenemos justo delante, tratare de hacerlo como tú me digas..-

    Alanis empezó a dictarle.

    – Rectangulo verde,- Entre cada entrada Alanis dejaba una pequeña pausa,-estrella azul, cuadrado violeta, triangulo amarillo…- y asi sucesivamente hasta llegar a unas veinte pulsaciones, cuando ya estuvieron todas desplazadas a la parte superior del panel, Alanis preguntó.

    – Ya están todas en la parte superior niña?-.
    -Si Alanis, todas están arriba y fijadas- respondió la joven muchacha.-

    – Estupendo!!, genial!,- exclamó – Ahora hay que confirmarlas …pon tu mano abierta sobre la parte inferior del panel y no te preocupes de nada mas.-

    La joven lo hizo sin dudar ya y el panel se ilumino todo envolviendo la mano de la niña y seguidamente desaparecio de la misma manera que había aparecido.
    La suave musiquilla de flauta volvió a inundarlo todo. Pero esta vez un profundo sopor se adueñó de ella hasta ser imposible mantenerse despierta y ambos tanto Alanis como la niña cayeron en un profundo sueño, y el viaje comenzó.

    La cápsula se impulso hacia adelante en el túnel de cristal a tal velocidad que se hizo invisible a la vista siendo tan solo una ligera mancha de luz.

    Saíara despertó y un bostezo profundo acudio a su boca, abrió los ojos, junto a ella igualmente Alanis acaba de despertar, la niña miró alrededor suyo y pregunto.

    – Cuando comienza el viaje Alanis?

    El viejo se rio estrepitosamente y con un gesto divertido contesto a la niña.

    – Ya hemos llegado!! estamos a las puertas del templo de la dispensacion…-

    La niña mirando de nuevo a su alrededor se quedo un tanto intrigada, ya que nada había cambiado, todo estaba exactamente igual que al entrar en la capsula.

    -Pero si no nos hemos movido seguimos en el mismo lugar,-

    Contestó la niña.

    – Jajaja- se rio Alanis,- Ni mucho menos niña, hemos hecho un enorme viaje, primero ha viajado nuestro éter despegándose de nuestro cuerpo y nuestra conciencia, después nuestra materia con ayuda del cristal se ha transformado en luz , lo que nos ha permitido liberarnos de ciertas fronteras físicas, y una vez aqui en nuestro destino todo se ha vuelto a unificar, tú a simple vista no has sido consciente de que hayas viajado, pero en cuanto bajemos de la cápsula te darás cuenta del error de tu apreciación. Estas a punto de ver el gran templo
    de la dispensación, y al gran anciano!.-

    Aseveró Alanis.

    -Bajemos de la cápsula-.

La oscura comtraposicion, octava parte.

Octava parte la oscura contraposicion.

Verdaderamente estaban cogiendo todas medidas posibles para no poder ser rastreados por nadie, tras salir de las casas magnéticas se internaron por una senda estrecha que discurria serpenteante ladera abajo.
Para su sorpresa la túnica que Alanis le había dado cambió de color oscureciedose y tomando el tono de aquello que la rodeaba hasta hacerla casi invisible a la vista.
Los ropajes de Alanis tambien se habian adaptado al paraje por el que caminaban,
pero se le notaba muy nervioso y alerta y atento a cualquier ruido o cosa que se saliera fuera de lo normal, el silencio era sepulcral y la noche había caído oscura como pocas veces la había visto.
– shhhh niña…tenemos que ser sombras silenciosas…aunque pueda parecerlo no estamos solos…los que han decidido servirle pueden estar al acecho o agazapados en cualquier parte y no podemos permitir que nos descubran…hemos de ser extremadamente sigilosos y cautos-.

A pesar de la tremenda oscuridad Saiara también se percató con sorpresa que su vista y oido habían cambiado podía ver casi con la misma claridad que en un día de sol abierto y en su oído resonaba cualquier sonido como si tuviera acoplado un potente altavoz a sus orejas.

¿Que mas podría haber cambiado en ella?

¿ Y si en realidad ella era verdaderamente un ángel?, ¿una tejedora de sueños??.
Ya empezaba a creer que cualquier cosa era posible.
Alanis se mostraba muy ágil y hasta elegante en sus movimientos, pero ella aún lo era mucho mas que él, se sentía casi flotar sobre la senda y no sentía cansancio algúno, sus pies descalzos no sufrían en absoluto las irregularidades de la senda.
Su guía se detuvo, levantando su mano para indicarle que parase mientras se acuclillaba con sus estiradas piernas de manera que a ella le parecía casi imposible que pudiera.
La senda se se había difuminado hasta desaparecer completamente y ante ellos se abría un claro y abierto prado sin ningún tipo vegetación calcinada que pudiera parapetarlos.

– Mira…- le señalo – alli pasado el claro, ves aquellos árboles, antes era un enorme bosque, ahora sólo quedan de los árboles sus sombríos esqueletos, pues hemos de continuar por el bosque y no muy lejos esta una de las puertas secretas, pero fíjate ahí…-

Saiara dirigió la mirada hacia donde Alanis le indicaba y de inmediato distinguió tres sombras sentadas a un lado de el claro, al igual que ellos sus ropajes se confundían con el entorno.
Sorprendentemente se asemejaban muchisimo a Alanis pero sus pelos eran grises y sus ojos eran unas sombras oscuras y la piel de sus rostros parecían de cartón arrugado nada que ver con la tersura de la piel de Alanis.

– Los ves?- Le susurro- Están de guardia,
esperan descubrir las puertas…por suerte al ser tomados por la criatura pierden la memoria, pero saben que existen, y esperan apresar a alguno de los que quedamos para torturarnos y hacer que se las mostremos…y eso sería una verdadera catástrofe, sigueme, tendremos que arrastrarnos en completo silencio…créeme tienen un oido extremadamente fino y son muy peligrosos, lo lamento muchisimo, pero el rosal habras de dejarlo aqui… en este gris llamaría mucho la atencion-
Saiara miro su macetita de olas y a su rosal, le dolía tener que dejarlo, pero comprendió que era necesario, era como tener a su abuela aún con ella…
Con sumo cuidado la dejo a un lado, ocultandola en la medida de lo posible de la vista de cualquier caminante casual.

– Volveré a por ti, lo prometo! mi adorado rosal, volvere!!!.-

Empezaron a reptar lo mas silenciosamente posible atentos a las figuras de los guardianes que de momento no parecían haberse percatado de su presencia. Fueron internandose en el prado, el principio del bosque estaba cada vez mas cerca, lo estaban consiguiendo, estaban a apenas 60 metros de la protección del bosque. Pero Saiara no se fijo en aquella ramita seca entre el pasto, dejando su mano sobre ella.
La ramita crújio con estruendo en el completo silencio de la noche, Alanis palideció quedándose inmóvil por completo y Saiara se maldijo por su torpeza para si misma .
El silencio continuó y por un momento pensaron que los vigilantes no lo habían escuchado, pero pronto fué solo una ilusión vana. Las voces excitadas de los sicarios de la bestia se dejaron sentir como un relámpago y pronto tambien la carrera de sus pasos, los habían descubierto!!
– Corre niña levantate y vuela hacia el bosque, no mires para atras!!!-
Ambos se levantaron con celeridad y corrieron rapido, lo mas que podían,
pero sus perseguidores ya estaban muy cerca y cómo saltaban los condenados, con una celeridad inhumana.
Alanis se fue quedando un poco mas atras mientras Saiara con el corazón saliéndosele por la boca corria sin haberse percatado de ello.
– Estamos llegando Alanis, ya casi estamos- gritó mientras alcanzaba el primero de los árboles y fue justo ahi donde oyó el grito de Alanis que había sido alcanzado unos metros tan sólo por detras ella.

– Corre niña corre!!!-

Los perseguidores calleron sobre él, y aunque Alanis se enfrentó con valentía a ellos, pero pronto se hizo patente su inferioridad, los golpes le llovían desde todas partes, hasta que perdío el equilibrio cayendo a los pies de sus atacantes, que aun arreciaron más en sus golpes. Saiara al darse cuenta de la situación de Alanis detuvo su carrera, por un momento dudó si volver o salir corriendo, pero la valentía no carente de angustia, se hizo dueña de ella casi de inmediato haciendola volver sobre sus pasos.
Alanis yacía en el suelo encogido, tratando de protegerse pero es inútil ya nada podía hacer.

-Ehhh vosotros!!!,-les grito Saiara. – dejadlo en paz!!!- Alcanzo a gritar Saiara.

– No niña- Dijo Alanis en murmullo sin fuerzas- marchate por favor…-

Los tres sicarios detuvieron su maltrato sobre Alanis mirandola y se miraron entre ellos, algo de ella los había sorprendio y los estaba haciendo dudar.
Saiara en ese momento irradiaba un resplandor de luz clara que había iluminado todo el claro, pero ella ni se daba cuenta, ella solo quería que Alanis estuviera bien y que aquellos tres m
desgraciados dejaran de golpearlo, y su deseo creció hasta hacerse irrefenable.
Uno de ellos intento abalanzarse hacía ella, pero ya era en vano.
La luz de Saiara creció hasta inundarlo todo y hacerse cegadora y los atacantes cayeron de rodillas gritando y tapándose los ojos.
De poco les sirvió.
Al remitir la luz no eran mas que tres meras estatuas acartonadas con caras de terror intenso.
Saiara se acercó hasta Alanis con miedo de encontrarlo igual que a los otros tres, pero no fue asi, lo encontró encogido, hecho un ovillo y lleno de magulladuras, con los ojos cerrados y respirando con mucha fatiga.
– Alanis…-balbucio la joven- Alanis, estas bien?.
– Si, creo..dolorido y no puedo ver nada, esa luz…, ¿que ha sido?, ¿has sido tu?, y ellos, donde están, que ha pasado?-

De verlo asi, con tantas heridas y magullado no pudo contener algunas lágrimas que escaparon por sus ojos mejillas abajo.
– ¿Te ayudo a levantarte? ¿puedes?-.Le preguntó con ternura y preocupación.

-Si por favor, ayudame, creo que tengo algún hueso roto, …alguna costilla, me cuesta respirar, pero, no me has respondido, que ha pasado?.-
– Pues no lo se exactamente, aquí nunca comprendo lo que pasa, sólo sé que al darme cuenta que te habian alcanzado me di la vuelta para ayudarte, y bueno, de mi cuerpo empezó a emanar una luz blanquinosa, y yo…yo deseé tanto que déjaran de lastimarte y en ese momento uno de ellos se lanzo hacia mi, y la luz…esa luz lo inundo todo y ellos gritaron, pero yo tampoco los veía ya, y me sentí muy fuerte, cuando la luz pasó, ellos… son como estatuas secas, pero no se como ha pasado nada y tuve mucho miedo de que tú tambien te hubieras convertido en una estatua, menos mal que no ha sido asi…-
-Niña, esto es parte de lo que tu eres, pero el anciano sabrá decirte mejor que yo, si conseguimos llegar, esto no habrá pasado desapercibido, la criatura lo habrá sentido y ya estará de camino, la puerta esta muy cerca pero tenemos muy poco tiempo, y no veo nada, tendrás que ser mis ojos y ayudarme, venga vamos!!!-
Un aullido.
Un terrible aullido sacudió el silencio de la noche.
Su fiereza y su poder lo heló todo, la bestia se había percatado de lo ocurrido y ya estaba en marcha.
La bestia ansiaba encontrar a Saiara cuanto antes, no podía permitir que recordara, ya lo venció una vez, la única que pudo conseguirlo y sólo
la compasión de la naturaleza en ella le permitió continuar vivo, él no tendría esa compasión, él la devoraría y absorvería toda su fuerza y ya nada podría deternerlo, pero no debía dejar que recordara, aunque para ello tuviera que arrasar el universo entero.
– ¡¡¡Vamos niña!!!, ya viene corrreeee!!,
muy cerca hay un árbol que se dobla en dos, sus ramas caen de nuevo al suelo y se hunden en él, su tronco es muy grueso, en él esta la puerta, tenemos que entrar antes de que llegue aqui o todo se terminara, dame la mano y corre, si yo caigo no te preocupes, tu corre hasta el arbol, y muestra esta cajita ante él y abrela, la puerta se mostrara, cruzala sin dudar y estarás a salvo.- le dijo mientras le entregaba una de las maravillosas cajitas.
-¡¡¡Jamas!!! o cruzamos los dos o ningúno, a ese bicho lo he llevado mucho tiempo dentro de mi, no me da tanto miedo…- mintió la joven.
Agarrado de la joven se encaminaron hacía el bosque lo mas aprisa posible, dejando a los tres infelices convertidos en estatuas de carton mientras la bestia aullaba cada vez mas cerca.
-Lo ves ya niña??- pregunto Alanis,- no puede estar ya muy lejos- .
– Son todos muy retorcidos,pero si…alli un poco mas adelante creo que lo veo-.
La cara de Alanis se iluminó a pesar de sus golpes.
– ¡Genial niña!!!.
Un frío repentino empezó a helar todo alrededor de ellos, y un olor nauseabundo se adueñó del ambiente. El aullido atronó a sus espaldas, esta vez era más un grúñido de satisfacción que un aullido, la sucia criatura estaba ya casi encima de ellos y los olía.
Ellos entretanto estaban ya frente a la puerta, Saiara se apresuro a abrir la cajita muerta de miedo, temiéndose lo peor, las luces empezaron a flotar en el aire conformando una danza con la que Saiara ya estaba comenzando a familiarizarse, y ahi estaba la puerta, no hubo tiempo de fijarse en ella, un calor enorme se precipitaba hacia ellos.
– ¡ Vamos!- gritó angustiado Alanis- vamos niña!!!-
A la vez que entraban y la puerta se cerraba una gran llamarada llegaba hasta ellos lamiendo sus espaldas.
El bosque entero, lo poco que ya de él quedaba se consumía en un fuego infernal y la bestia frente a donde instantes antes se había cerrado la puerta aullaba de rabia, deseando consumirlo todo, había estado tan cerca…podía haberla devorado alli mismo y ya nadie hubiera podido frenarlo.Un solo instante mas y la chiquilla hubiera sido suya.

Fran Rubio Varela.

En su sombra me dormi..

En el regazo de su sombra me dormi,
tan fresca su apacible oscuridad.

Cerré los ojos y respiré su perfume
a suelo mojado y estepa enraizada.

El musgo de su piel acunaba la mía
queriendo ser uno no mas,
y en su susurro eterno yo volaba
sin alas, sin cuerpo, sin polvo nacido.
Y fui feliz.

Porque allí donde sus hojas bailan,
fui eterno como su memoria del mundo,
fui ambrosia de dioses.

Y recordé…

Al espíritu que nace,
a la sombra de la oscuridad
de aquella luz que era horizonte,
y mi alma tembló liberada
de la quejumbre de aquellos huesos rotos,
mi voz atrono en la música de un bendito silencio,
que fue palabra y tinta,
que fue emoción y conciencia.

Y recordé…

Con mi memoria renacida,
aquellas alas de luz,
brillantes en la amante oscuridad
que acaricia toda claridad.

Que rebosan la felicidad
de un padre y un hijo,
de un alma y un destino.

Y recordé…

No fue lúgubre mi destino,
ni perdido en la ponzoña
de aquella fenecida realidad.

Pues fue incesante camino
de lagrimas maltrechas
y alegrías de niño perdido,
hasta el despertar de este ser
sin cuerpo, sin polvo,
ya sin huesos rotos,
de su nada vencido,
de su nada nacido,
para serlo todo
bajo la sombra de su regazo…

Fran Rubio Varela.©. Julio 2018.

Mira su alegria

Si le miraras más directamente a Él escribirias cosas memorables…
Pero la pena de saberte lejos de tu yo te atenaza y no deberia hacerlo porque tu yo siempre es tuyo y el equilibrio del ser completo tambien esta en el, en tu yo.
Me gustaria que hicieras una poesia o un escrito donde rebose la luz, donde te encuentres con tu brillo, donde lo mires a Él directamente, a su expresion de alegria y luz.
Éso es lo malo…que crees que no puedes…y no es cierto..si puedes…porque esa sabiduría esta en ti, sólo debes de dejar que emane con alegría, sin mas preocupación que la de sentirte bendecido en su alegría y séras no mucho…si no muchisimo mejor en la expresión del ser y da igual que escribas oscuro…si derramas en esa oscuridad la alegria de ser el ser.
Pues en tu oscuridad haras brillar todo lo que Él desea, sólo te hace falta empezar a sentir esa alegría que tanto miedo te da dejarte sentir.
Me lo escribiras???
Intentaras mirarlo y sentir su alegría…y escribirla, amar ser parte de su creación amarte a ti mismo y a toda la luz que atesoras?
Si tu te la vieras…tu luz es inmensa.
Y porque no vas a ser digno???
Si Él te ama, si te ha dado el don de ser… Simplemente sé, sólo no tengas miedo…siente su amor y serás uno de sus angeles predilectos.Y éso es duro, pues tus batallas serán mas arduas aún, pero será su alegria tu escudo y el amor tu espada y créeme que nada hay mas poderoso que su alegria en armonia con su amor, pues eso es la luz…la palabra sagrada el ser de todo lo creado…incluso de la oscuridad mas oscura.
Y tú eres uno de sus guerreros y estas aqui para mostrar su alegria y asi bautizarte en su amor, alcanzando la armonia de la palabra.
Sólo no tengas miedo, en esto no existe el fracaso…tu eres un milagro y yo otro y todos…
Ese es el milagro, no hay fracaso, somos todos su milagro, el milagro de su alegria y de su amor …

Fran Rubio Varela.©. Julio 2018.

Lo ajeno del olvido…

Y llega la hoja que cae y me susurra
lo ajeno de un olvido.

Ella era verde y brillaba ante los rayos del sol que la acariciaban,
y era tambien vanidosa allá en su altura,
y se creyo sabia,
porque a su vista había un horizonte amplio,
incluso gozó de la luna en las suaves noches de su verano,
se dejaba mimar por el aire de la mañana
y por la brisa del ocaso.

Las estrellas la hacían soñar mientras se mecía en la inconsistencia de su existencia.

Jamás miraba hacia abajo, ni se percataba de nada que no fuera su verde fragancia.

No escuchaba al ave que bajo su sombra se guardaba,
ni a la hormiga afanosa que hasta ella subía…

No quería la cancion del grillo,
que tan poca cosa le parecía,
ni la chicharra dicharachera,
que esculpía su murmullo.

Ella solo se guardaba de ser bella en las alturas, verde y bonita no mas.

Jamás quiso comprender al arrugado tronco,
ni a la fatigada rama;
que podrían saber ellos si no veían mas allá de su sombra…?

Pero un día el viento no quiso ser calido
y la brisa la maltrato silbando violenta,
y el sol se alejó rayando cada alba,
y la luna fue oculta entre las nubes,
y en la mañana el rocío fue gelido.

Y ella no comprendia la inconsistencia de su alma,
pues al grillo había despreciado,
y de la chicharra su murmullo olvidado,
la hormiga no volvió a subir
y el ave pasaba elevada,
sin descansar bajo su sombra.

Y su verde fue muriendo.

Y su fragancia envejeciendo.

Y su tallo cada vez mas quebrado,
apenas si la sostenía.

Y fue un día sin horizonte y una noche sin luna,
que durmiendo calló de las alturas
hasta ese suelo tan abajo,
ese que nunca quiso ver.
Y alli dejo su dulce inconsistencia,
siendo alimento para la oruga,
savia para el tronco
y fortaleza para la rama…

Fran Rubio Varela.©. Agosto 2018.

Imagen sacada de la red.