Hay seres bellos, vuelan sin alas,
son las mariposas de Dios.
Se deslizan sobre su esencia
de néctar de sol, luna y estrellas
y acarician sentimientos,
besan el alma y limpian el espíritu.
Hablan siempre al corazón
y sus lágrimas son de plata y vida.
Su mirada guarda mundos
y desnudan al ser.
Escuchan y lloran
aman y ríen,
son etérea energia,
blanca transparencia.
Amor desnudo y sin condición
que ofrecen a cada flor,
no importan las espinas,
ni el hielo y la escarcha,
dentro de ellos no hay invierno posible,
solo primavera y rocio.
Blanca es su alma
y liviano su equipaje.
Saben sufrir,
saben querer,
saben estar también,
saben luchar sin espada ni escudo,
con tan solo un beso,
con tan solo un te quiero,
con tan solo un regalo,
el universo que de ellos emana.
Visten como gorriones
con la humildad del más pequeño
y brillan como soles
con la gracia de ser
esas mariposas de Dios.
Fran Rubio Varela.© Febrero 2018.
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