Aparentemente estaban en lo que parecía una gruta inmensa y un tenue olor a humedad lo llenaba todo. Pero aún podían sentir en su espalda el calor de las llamas con las que la bestia un poco mas y los abrasa, Alanis respiraba con dificultad y ya no por la carrera que se había dado hasta la puerta, seguía sin ver absolutamente nada, pero por completo satisfecho por haber conseguido encontrar la puerta y cruzarla a pesar de su estado.
– Lo hemos conseguido niña, estamos dentro, ella aquí no puede entrar, por lo menos no por el momento.
– Donde estamos Alanis? que es este lugar?, parece una cueva sin mas, y esta muy oscura, ni siquiera yo puedo ver más allá de unos metros.-
-Asi es niña, es una cueva muy especial, ahora lo veras. Dame la cajita que te di para abrir la puerta, te lo mostrare…-
La niña se la dio de inmediato y Alanis aún sin ver la cogió manejándola con una maestría poco común, en sus manos la caja cambio adoptando diferentes formas geometricas, la niña miraba con atención la cajita, pero era incapaz de seguirle los movimientos y mucho menos de memorizarlos , la cajita volvió a su forma primigenea haciendo un clic un poco mas sonoro que los demas y Alanis se la entrego de nuevo.
-Niña, ábrela y veras la cueva.-
-Solo he de abrirla?.-
-Si, sólo ábrela sin mas y ella hará todo lo demas, será un espectáculo maravilloso.-
Saiara suspiró cerrando con brevedad sus ojos y la abrio!!.
De imediato la caja estalló en un torbellino de luces, muchas más de las que habia visto hasta ese momento, con una velocidad trepidante se extendieron por toda la gruta que resulto estar llena de columnas de cristal que sostenían una multitud de cúpulas tambien de un ornamentado y refinado cristal, las lucecitas crearon una miríada de reflejos que iluminarón la fantastica e increible sala, pero cuando Saiara pensó que no podía admirarse mayor belleza, los pilares de cristal comenzaron a moverse merced a una danza con una armonia tal que podría mistificar cualquier alma. Todo estaba ocurriendo acompañado de una suave musiquilla de flauta, muy parecida a la que escuchó en la puerta que la llevó hasta ese mundo. Los pilares estuvieron deslizándose y agrupandose por espacio de un cuarto de hora en los cuales los ojos de la niña siguieron disfrutando de tan magna belleza.
La musiquilla cesó y los pilares detuvieron su movimiento y aquel palacio de cristal habia cambiado en su extremo opuesto se había abierto una obertura tambien de cristal que se perdía en una lejanía imposible de discernir y en su comienzo se emplazaban una especie de cápsulas que flotaban de la misma manera que las casas donde conoció a Alanis pero con la salvedad de que
éstas eran al igual que todo alli, de cristal.
-Que es este lugar Alanis?.-
– Esto es una terminal de viajes niña, todo este mundo esta comunicado subterraneamente por medio de estos túneles de cristal, es un medio seguro y muy rapido de viajar, y las distancias se recortan considerablemente, Antes a medida que nacía cada creación, este mundo tambien crecía y una pequeña parte de los elementales se destinaba a la creación de los cristales, y te aseguro que estos no son cristales cualquiera…-
– Se nota, yo desde luego no había visto nada igual ni similar, que clase de cristales son?
Alanis si la hubiera podido mirar la hubiera mirado con asombro, ante sus palabras.
– Realmente no es cristal aunque lo parezca…es materia de vida creada por los elementales y son por completo energia, de verdad niña no recuerdas nada?, por lo que yo sé tu mundo está creado todo de el, pero uno mucho mas luminoso, este cristal esta vivo por si mismo son creados por elementales nacidos del mismisimo gran sol.
Y vuestras alas… vuestras alas tambien son de purísima luz de cristal.-
Ahora la que lo miraba asombrada era la dulce niña, porque ella jamás había tenido atisbo de semejante ilusión o recuerdo. Ella sólo recordaba su pueblito y su casita que estaba alejada al final de la ultima callejula, un poco más allá, bajo el Sauce que daba paso al arroyo. Solo se acordaba de su dulce abuela a la que tanto había querido, ni siquiera conoció a sus padres que fallecieron ambos al poco de haber nacido ella misma o eso le había hablado tantas veces su abuela, y a la siempre amable y enigmática Anabel, a la que ahora por cierto le recordaba Alanis al verlo ciego, seguramente por causa de ella misma. Este pensamiento la hizo darse cuenta en ese justo momento que los ojos de Alanis lucían exactamente igual que los de Anabel, con ese preciso tono blanquecino y un escalofrío repentino recorrió todo su cuerpo.
– Alanis, yo no recuerdo nada de todo esto…yo ni siquiera se ya quien soy, yo…
sólo quería ser normal, tan sólo una niña normal-. dijo la niña mientras su emoción se tornaba en lagrimas.
– No niña, tu eres todo menos normal, eres una de las criaturas más excepcional de toda la creación, hasta ahora creí que eras una Tejedora de sueños mas, pero sospecho que eres mucho mas que eso, sabes? cuando casi nos atrapa esa horrible criatura sentí algo extraño, no se como, ni explicarlo, pero sentí que ella te temía, y un bicho como ese no puede tener miedo a nadie normal, no niña…tú has de ser excepcional y muy especial, sólo espero que el anciano pueda ver algo mas allá de lo que yo puedo intuir, pronto estarás frente a el.-
Alanis désde que la explosión de luz lo había cegado no había podido volver a ver y empezó a temer que tal vez no volviera a hacerlo nunca mas, pero una cosa curiosa estaba empezando a sucederle, una serie de escalofríos recorrían su cuerpo y cuando ocurría, ante él se presentaban imágenes inconexas y sin significado aparente, que venían como flashes, imágenes que desaparecían casi de inmediato sin darle tiempo apenas de discernirlas, tal vez tambien el viejo supiera explicarle que le estaba ocurriendo.
– Ahora niña hemos de acercarnos a las lanzaderas y entrar en ellas, queda un extenso recorrido hasta el templo de dispensación, pero casi ni te enteraras, montaremos en uno doble y tendrás que ayudarme a integrar el código de viaje, sin mi vista podría equivocarme e ir a parar a un sitio por completo diferente, pero no te apures, no te será complicado.-
Se acercaron a los vehículos, y al estar ante ellos se abrieron de forma automática en completo silencio, Saiara por mas que miraba dentro de ellos no veía la forma de acomodarse dentro, estaban por completo vacíos y se le antojaba demasiado pequeños para sus cuerpos y mucho menos como para acogerlos a ambos, iba a hablarle a Alanis , pero en ese preciso instante fue él quien se dirigió a ella.
-Niña, por favor ayúdame a entrar, tan solo has de colocarme frente a la lanzadera justo en su mismo centro, y tu luego haces lo mismo que yo.-
Alanis trato de sonreirle para tranquilizarla, aunque en su sonrisa se notaba el dolor que aún sentía después de la paliza que había recibido. La niña hizo justo aquello que le había pedido sintiendo aún curiosidad de como se iban a meter los dos alli dentro.
-Alanis, ya está, estas justo en el centro.-
-Perfecto niña, fíjate y haz lo mismo que yo.-
Alanis dio un paso hacia adelante y para sorpresa de Saiara fue el vehículo el que envolvió a Alanis creciendo para acomodarlo en su interior como si fuera un guante, Alanis quedo recostado en su interior.
– Ahora tú niña!-
Saiara se coloco de igual manera en el centro de la burbuja y dio un pasito para adelante, inmediatamente el cristal la envolvió con una suavidad impresionante , creciendo y acomodandola junto a Alanis en su misma posición, descubrió que se sentía especialmente cómoda y a gusto allí dentro. Frente a ellos apareció saliendo de la pared del habitáculo una bandejita con una serie de teclas que variaban en forma y color que parpadeaban .
– Ves el panel con las teclas niña?- pregunto Alanis.
-Si, lo tenemos justo delante, lleno de lucecitas…- respondió la joven.
– Estupendo!!!, veras… yo te iré diciendo formas y colores, y tu las pulsas, antes de pulsar la siguiente tecla, has de asegurarte que la lucecita deje de parpadear y la figura se traslade a la parte superior del panel, comprendes?-
Alanis trataba de mirarla pero no acertaba a dirigir su mirada hacia ella con certeza, en su corazón sentía una gran pena por ello, al fin y al cabo ella era quien lo había cegado y eso la torturaba por dentro.
– Si- respondió- lo tenemos justo delante, tratare de hacerlo como tú me digas..-
Alanis empezó a dictarle.
– Rectangulo verde,- Entre cada entrada Alanis dejaba una pequeña pausa,-estrella azul, cuadrado violeta, triangulo amarillo…- y asi sucesivamente hasta llegar a unas veinte pulsaciones, cuando ya estuvieron todas desplazadas a la parte superior del panel, Alanis preguntó.
– Ya están todas en la parte superior niña?-.
-Si Alanis, todas están arriba y fijadas- respondió la joven muchacha.-
– Estupendo!!, genial!,- exclamó – Ahora hay que confirmarlas …pon tu mano abierta sobre la parte inferior del panel y no te preocupes de nada mas.-
La joven lo hizo sin dudar ya y el panel se ilumino todo envolviendo la mano de la niña y seguidamente desaparecio de la misma manera que había aparecido.
La suave musiquilla de flauta volvió a inundarlo todo. Pero esta vez un profundo sopor se adueñó de ella hasta ser imposible mantenerse despierta y ambos tanto Alanis como la niña cayeron en un profundo sueño, y el viaje comenzó.
La cápsula se impulso hacia adelante en el túnel de cristal a tal velocidad que se hizo invisible a la vista siendo tan solo una ligera mancha de luz.
Saíara despertó y un bostezo profundo acudio a su boca, abrió los ojos, junto a ella igualmente Alanis acaba de despertar, la niña miró alrededor suyo y pregunto.
– Cuando comienza el viaje Alanis?
El viejo se rio estrepitosamente y con un gesto divertido contesto a la niña.
– Ya hemos llegado!! estamos a las puertas del templo de la dispensacion…-
La niña mirando de nuevo a su alrededor se quedo un tanto intrigada, ya que nada había cambiado, todo estaba exactamente igual que al entrar en la capsula.
-Pero si no nos hemos movido seguimos en el mismo lugar,-
Contestó la niña.
– Jajaja- se rio Alanis,- Ni mucho menos niña, hemos hecho un enorme viaje, primero ha viajado nuestro éter despegándose de nuestro cuerpo y nuestra conciencia, después nuestra materia con ayuda del cristal se ha transformado en luz , lo que nos ha permitido liberarnos de ciertas fronteras físicas, y una vez aqui en nuestro destino todo se ha vuelto a unificar, tú a simple vista no has sido consciente de que hayas viajado, pero en cuanto bajemos de la cápsula te darás cuenta del error de tu apreciación. Estas a punto de ver el gran templo
de la dispensación, y al gran anciano!.-
Aseveró Alanis.
-Bajemos de la cápsula-.